Capítulo
1
El día estaba soleado, las
olas chocaban contra las rocas de la orilla, mientras las gaviotas danzaban
enceguecidas por el aroma de los peces. Mis pies se marcaban sobre la arena
húmeda y mis ojos contemplaban con gran fulgor aquel bello paisaje. Esta parte
de la playa es muy poco transitada,
razón por la cual es mucho más atractiva para mí.
Luego de alrededor de 1 km
de caminata me senté sobre la tibia arena a sentir la brisa chocar contra mi
cara mientras se despeinaban mis cabellos; cerré los ojos para sentir en más
detalles todos aquellos deliciosos sonidos que me hacen teletransportarme a
otra dimensión en la que la reina la tranquilidad y la paz.
Desgraciadamente lo bueno no
dura mucho, ya que comenzó a sonar mi celular, abrí los ojos de golpe y saqué
el aparato de mi bolsillo, era Andreas, mi mejor amigo.
-Hola – Lo saludé - ¿Qué
pasa Andy?
-Hola pequeña; necesito un
favor, urgente.
-¿Qué favor? – Fruncí el
ceño, el último favor fue hacerme pasar por su novia porque una chica que
andaba tras del. El muy idiota quedó de juntarse con ella y me llevó, la niña
se fue llorando.
-Nada malo – Me advirtió.
-Bien, que no quiero hacer
llorar a nadie.
-No, – Rió – es que vienen
unos primos y necesito que me ayudes con los preparativos.
-Claro. – Le contesté – No hay
problema, ¿cuándo necesitas mi ayuda?
-En media hora – Sheiβe
-Estoy en la playa, voy a la
moto, voy a mi casa y después voy a la tuya – Le conté mis planes recién
elaborados.
-Pequeña, llegan mañana en
la tarde, ven ahora, almuerzas conmigo y me ayudas – Se explicó.
-Okey, okey. – Me paré y
empecé a caminar – Voy.
-Gracias amiga – Me lo
imaginé sonriendo.
-De nada Andy.
-Te quiero – Se despidió.
-Yo también – Le corté.
Empecé a caminar, me costaba
hacerlo, pero es la única forma ya que no hay vereda ni calle, sólo se puede
llegar hasta acá a pie.
Cuando llegué, abrí la
cajuela y saqué el casco, me subí a la moto, me lo puse y encendí el motor. No me
demoré mucho a la casa de Andy, ya que de acá está bastante cerca. Al llegar
entré la moto al encontrar la cochera ya abierta para mí, me bajé y me dirigí a
la puerta donde toqué el timbre.
-Hola – Me besó en la
mejilla y me dejó pasar.
-Hola, tengo hambre – Me
sobé la guata.
-Tengo comida echa, vamos –
Me senté a la mesa en la cocina mientras veía a Andy servirme un plato de lasaña,
rico, el imbécil sabe que es mi platillo favorito, sabe muy bien como
comprarme. – Espero que te guste mi humilde comida.
-Já, estás de broma, sabes
que me encanta.
-Lo siento, quiero que
tengas ánimo – Tomó el otro plato y se sirvió lasaña.
Se sentó y empezamos a
comer, y estaba muy rico, entre bromas y recuerdos de cosas estúpidas
terminamos de comer. Tomó los platos y los dejó en el lavaplatos diciendo: ‘después
los lavo’.
Lo seguí hasta el segundo
piso donde se volteó y me miró:
-Vienen mis dos primos a
pasar el verano y necesito que me ayudes a arreglar las piezas desocupadas.
-Sí – Asentí.
Comenzamos por la primera
pieza donde sacamos de los roperos todo lo que había para así poderlos dejar
vacíos.
-Si quieres me llevo esto –
Indiqué la caja que había en el suelo – a algún hogar de gente sin hogar.
-Sí, sólo que hay ver lo que
hay que lavar, ha estado años ahí.
-Obvio, pero yo lo lavo en
la casa.
-Sí, bueno.
Mientras él movía la cama yo
bajé a buscar la escoba, la cual pasé por todos lados, incluyendo los rincones
en el cielo raso, detrás de los muebles y por las ventanas que más tarde
limpiamos.
Ordenamos a fondo las dos
piezas, además de la ropa de cama. Cuando terminamos ya eras más de las doce y
media de la noche.
-Tomemos once – Fue lo único
que me dijo antes de arrastrarme a la mesa y ‘obligarme’ a comer. Media hora
más tarde cuando iba a tomar las llaves de la moto las tomó antes que yo
pudiera hacerlo.
-¿Dónde vas? – Arrugó el
ceño.
-Me voy a casa – Me crucé de
brazos.
-¿Estás loca?, mira la hora
que es, son más de la una de la mañana, a esta hora tú no te vas de aquí.
-Andreas – Golpeé el pie
sobre el suelo, era temprano, de lo más bien me puedo ir, ya lo he hecho e
inclusive hasta más tarde, aunque él no lo sabe, claro.
-Nada de peros, Odette, tú
te quedas – Dijo firme.
-Okey, me quedo – Bajé los
brazos derrotada.
-Veamos una película –
Asentí, yo no tenía sueño y de seguro el tampoco.
-¿Dónde? – Pregunté mirándolo.
-En la pieza, nos acostamos
y la vemos.
-Sí – No sería la primera
vez que duermo con él, nos conocemos de toda la vida, nuestros padres fueron
muy amigos y desgraciadamente fallecieron en el mismo accidente hace cinco
años.
Recordar ello me deprimió un
poco, pero quise no seguir acordándome, no lo quiero bajonear a él también, después de todo llevamos la
misma pena.
Cuando llegamos a la pieza me
puse a buscar una peli, mientras el hurgaba en su armario, seguramente para
pasarme alguna polera.
Entré todo ese montón de cd’s
encontré una película que hacía años no veía y que amo: ‘Rápido y Furioso’.
-Toma – Me tendió una polera
azul, la tomé, me paré y le pasé el disco. – Te gusta mucho esa polera – No comprendí
hasta que la miré y sonreí.
-¡Wow!, ésta fue la que…
-Por la que me jodiste un
mes que era linda y yo no quise comprar y que al final tú me regalaste – Me interrumpió
para decir eso, pero no contó la historia completa.
-Y que después anduviste una
semana con ella sin quitártela porque dijiste que te hacía ver sexy – Me reí en
su cara.
-No quería recordar esa
parte tan vergonzosa - ¬.¬
- Lo siento – Me quité la
polera que llevaba puesta y me puse la de Andy.
-No tienes respeto por mí –
Se quejó.
-Ahora – Me reí, - tú te
vistes y te desnudas delante de mí, además me has visto cientos de veces, somos
amigos – le saqué la lengua.
-Bien, bien – Levantó las
manos.
Me quité los zapatos y los
calcetines juntos con los jeans y quedé lista, su polera me llegaba casi a las rodillas.
-¿Qué me miras? – Levantó los
hombros.
-Te ves tierna – Apretó una
de mis mejillas y yo lo golpeé en el brazo, odio que me hagan eso.
-Tonto, mejor pone la peli –
Caminé hasta su cama y me acosté al rincón como siempre.
Andy puso la película y se
desvistió quedando sólo en bóxer, tomó el control remoto y se acostó a mi lado,
pasó su brazo por detrás de mi espalda y me abrazó quedando mi cabeza en su
pecho.
-Te quiero pequeña – Besó mi
cabello.
-Yo también – Lo miré y le
sonreí.
No sé que hubiera sido de mí
sin Andreas, él a pesar de haber sufrido la misma pena que yo, estuvo estoico a
mi lado, para poder ser mi cable a tierra e intentar consolarme; juro que no sé
como lo hizo, pero se lo agradezco enormemente y por ello lo amo con mi vida.
Al final no fui capaz de
terminar de ver la película, me quedé dormida entres sus brazos y cuando
desperté estaba de espaldas a él con sus brazos alrededor de mi cintura y su
cabeza enterrada en mi pelo.
Me deshice de su agarre y me
levanté. Bajé la escalera y fui a preparar un rico desayuno para los dos, puse
todo en una bandeja y subí con cuidado de no caerme. Ya en su pieza lo
despertó:
-Andy – Abrió los ojos
despacio y me miró.
-¿Qué hiciste? – Se refregó
la cara.
-Un desayuno para los dos,
toma – Lo hice sujetar la bandeja mientras yo me acostaba a su lado.
Puso la bandeja sobre las
piernas de ambos y empezamos a comer.
-Rico – Me miró y se
saboreó.
-Gracias – Sonreí
agradecida.
Luego de desayunar nos
levantamos y bajamos.
-Iré contigo – Me dijo
-¿Por qué? – Pregunté.
-Porque quiero que conozcas
a mis primos y conociéndote no volverás, así que vamos, deja la mota acá y
vamos en el auto – Asentí, con él no queda otra que acatar, es tan terco que de
cualquier forma logra lo que quiere.
Moví la moto para que
pudiera sacar el auto, luego de eso la dejé bien guardada en el estacionamiento
y salimos a mi casa.
Cuando llegamos entramos y
mientras él me esperó viendo televisión yo me duché, me vestí y me arreglé. Tomé
mi bolso, luego de que me dijo que me quedaría si o si con él y eché una muda,
además de un traje de baños, por si acaso.
Almorzamos en mi casa y
luego fuimos de vuelta a la del. Pasado un rato del que estuvimos leseando en
su pieza me dijo:
-Odi, ¿acompáñame a
buscarlos al terminal?
-Sip – Nos paramos de la
cama y salimos en su auto a buscar a sus primos. Tuvimos que esperar como
quince minutos a que llegara el bus, en cuanto se bajaron quedé con la boca
abierta y fue como si un balde de agua fría hubiese caído sobre mí.
Continuará....
Em eso fue mi primer capi :) No quise poner las cosas avisando que iba a colgar una fic, sino que simplemente quise hacerlo. Por faa comenten :)
No hay comentarios:
Publicar un comentario